sábado, 27 de septiembre de 2008

señales












Madrid-
6:45 de la mañana:

Suena un impertinente sonido que reconozco rápidamente como el sonido de mi despertador.
Abro un ojo, no veo nada. Abro el otro, sigo sin ver nada. Enciendo la luz, lo veo todo borroso. Me pongo las gafas, esto ya es otra cosa.
6:55:
Pongo la cafetera, y me dirijo al baño a ducharme. Todo está en silencio. Es muy misterioso...
7:00:
Quedo cegada (aún más), por los vapores de la ducha.
7:10:
Enciendo el secador de pelo. Tras unos minutos de confusión entre el ruido, el calor, el vapor y la ceguera... zaassss se me resbala el secador, intento cogerlo al vuelo, pillo el cable y la cabeza caliente del condenado me tatúa un hermoso dibujito en la barriga. ¡Auch! Duele.
Ahora entiendo la sensación que tuvo que tener Mel Gibson al salir a sus maizales y ver esos enormes dibujicos, lo mismo que sentí yo al mirarme bajo el ombligo (no tan abajo). Confusión, y una pregunta rondándome por la cabecita ¿cómo coño ha pasado esto?















Si, esta es mi barriga.
Las señales me dicen que soy torpe.