sábado, 22 de diciembre de 2007

Navipeich

No. No había muerto aplastada entre paquetes de mudanza y maletas (las mudanzas no duran tanto)... es que soy una vaga, y cuando digo vaga me refiero a que "metiroenelsofáymerascoloquemedalaganamientrasveotelebasura", o, pongo lavadoras compulsivamente (pero eso ya lo explicaré otro día).

Bueno, se acercan peligrosamente las Navidades. Las Navidades no es que me molen. No me mola cantar villancicos, ni hacer supercenas como si uno no fuera a comer más en el resto del año, ni me mola ir de tiendas como una loca y pelearme entre la gente para buscar regalos que nunca sé qué comprar y luego hacer colas interminables para pagar. No me mola. Pero en fin, es lo que toca.

Las cenas de Navidad en la casa de mis padres son muy especiales;
Nos reunimos todos y mi madre cocina como para que comamos tres días seguidos, o como que podamos sobrevivir en un bunker durante quince días. Preparamos la mesa en el comedor que sólo se usa dos días al año: Nochebuena y Nochevieja, el resto del año ese habitáculo sólo es visitado para limpiarlo. Cuando era pequeña y vivía en otra casa, el comedor hacía las veces de mi dormitorio (con una mesa enorme con seis sillas) y yo que era pequeñita no entendía por qué había un escritorio tan grande en mi habitación. Ahora que soy grandecita sé que lo raro es que hubiera una cama en un comedor.
A lo que iba. 
Nos reunimos todos a cenar y pasamos una agradable noche charlando... y cuando digo charlando quiero decir discutiendo, sobre política, de trabajo, de los derechos de las mujeres y los hombres... muy ameno, tanto que yo sólo espero la hora para salir pitando de casa.

Fin de año es más tranquilo. Se cena, vemos por la tele cómo en la Península entran en el nuevo año, comentamos las tonterías que dice Ramón García, bebemos (bebo) mucho, hacemos tiempo hasta que nos llegue el turno a los Canarios y partimos el año comiéndonos las uvas como podemos... y yo esperando la hora para salir pitando de casa.

El momento uvas/brindis es crucial para mi. Nunca sé por dónde me van a volver a salir las uvas, si por la nariz (si señores, eso pasa), por la boca o por las orejas. Este año en vez de doce uvas me tomaré doce chupitos de ron, que me sientan mejor.

Cuando era pequeñita mi hermano mayor, que me quería mucho por aquel entonces, me hizo una broma en Navidad enganchándome una bengala en la espalda (qué majo él), y desde entonces los fuegos artificiales me gustan, pero sólo de lejos, muy lejos. En fin de año a la gente la posee una fuerza sobrenatural y se lanzan como locos a explotar voladores a diestro y siniestro, y no es que no me guste ver las lucecitas de colores pero... ainnnnsss me cagodemiedo cuando están tan cerca.

En fin, que lo único que me mola de las Navidades es tener vacaciones ahora que vuelvo a ser estudiante, volver a casa y encontrarme con la gente que hace tiempo que no veo y cogerme una cogorza con ellos, ver la cara de los niños cuando abren sus regalos y saber que apenas falta un mes para los carnavales.

Pues eso, que FELICES FIESTAS (si es que alguien lee este blog) Y QUE EL PRÓXIMO AÑO LLEGUE LLENITO DE COSAS BUENAS PARA TODOS 
wiwishyuamerricrismasssssss wiwishyuamerricrismasssssssss anejapiniuyiiirrrrrr

2 comentarios:

zupe dijo...

Güigüichu a ti también!!

Besos!

Anónimo dijo...

Felices fiestas con Freixenet a ti tambien ^__________^